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Feminismo Filosofía Traducción

A ella no le gustas tanto – Nina Power

¿Cómo describir mejor la colonización del cuerpo en esta coyuntura particular de la vida capitalista? Muchas teorizaciones recientes se han centrado en una especie de guerra de afectos donde la depresión, la euforia y otros estados del ser son leídos no sólo como meros signos o síntomas, sino como directamente producidos por (y producto de) relaciones económicas particulares. La noción de Franco «Bifo» Berardi de «semiocapitalismo» ha intentado rastrear las implicaciones del ciberespacio y el tiempo cibernético para la mente y el cuerpo cada vez más deprimidos del sujeto contemporáneo. Herve Juvin, en el reciente texto The Coming of the Body, ha intentado de manera similar describir qué significa para la vida contemporánea cuando el cuerpo se ha convertido en el «portador» de todo significado, donde cada aspecto de la existencia es intercambiable, donde nada está oculto o es ocultable. Mientras la trayectoria de este tipo de análisis no es exactamente nuevo, incluso cuando recuerda ocasionalmente a la vasta literatura feminista sobre el cuerpo, afecto y trabajo desde la década de 1960 en adelante, hay algo novedoso sobre la peculiar combinación de consumismo, desesperación, visibilidad e inmadurez que caracteriza a la vida de posguerra en sus últimas etapas. Es esta nueva «fisionomía del capital», donde «el crédito generalizado que gobierna cada intercambio… golpea dentro de la imagen de su vacío uniforme el ‘corazón de las tinieblas'» de cada «personalidad», de cada «carácter» que Tiqqun aborda en este breve y deliberadamente fragmentario texto publicado por primera vez en Francia en 1999. La cuestión de género se plantea aquí, allá y en todas partes, desde el título del libro, los extractos de revistas dirigidas a mujeres que Tiqqun esparce a lo largo del texto, hasta algo mucho más nebuloso y perturbador en el corazón de su proyecto.

Primeros materiales para una teoría de la Jovencita es un texto que parodia y refleja la misoginia que resuene en el corazón de una cultura que celebra la juventud y la belleza por encima de todo lo demás, mientras que simultáneamente denigra a los portadores – mujeres jóvenes, abrumadoramente – de estas supuestamente deseables características. La traductora del texto, la poeta Ariana Reines, ha escrito sobre la reacción visceral que le generó la tarea. La traducción, escribe en la revista en línea Triple Canopy, «me dio migrañas, me hizo vomitar; no podía dormir por la noche, regresé a un comportamiento sexual totalmente fuera de lo normal». De hecho, es un libro que perturba en su implacable descripción del cuerpo consumista y completamente armado de un mundo en el que «aunque todo el mundo siente que su existencia se ha convertido en un campo de batalla en el que las neurosis, las fobias, las somatizaciones, la depresión y la ansiedad parecen un retroceso, nadie ha comprendido todavía realmente lo que está sucediendo o lo que está en juego». El lenguaje de colonización, inmunización, carne y fluidos. El lenguaje de la colonización, la inmunización, la carne y los fluidos se filtra a través del marco abstracto del análisis de imágenes, la estructura económica y las cavilaciones sobre la modernidad: «la Jovencita no te besa, te babea a través de sus dientes. Materialismo de la secreción». Si partes del texto se leen como un manual de venganza con inflexiones teóricas para hombres nerds, se supone que este efecto es, en un nivel, intencional. La cita de Hamlet que aparece al inicio del texto, «I did love you once», insinúa traiciones pasadas al igual que la afirmación de que el «el ‘sexo masculino’ se convierte tanto en la víctima como en el objeto de su propio deseo alienado». Pero, ¿quién es este «sexo masculino» si todo el mundo está permanentemente obligado a «autovalorizarse», es decir, a ser una Jovencita? ¿Qué queda del cuerpo, del amor, de la personalidad cuando toda la vida se asemeja a un cruce entre una hoja de cálculo y un horóscopo? «La infelicidad hace a las personas consumir», se lee en una declaración aforística, y sin embargo, la infelicidad parece ser todo lo que hay, incluso cuando todo chilla de satisfacción y alegría.

Pero, ¿por qué la Jovencita? ¿Quién es ella y qué tipo de teoría se presenta aquí? Estilísticamente Tiqqun opera en el espacio-vacío especulativo creador por el estilo situacionista y la prodigiosidad agambeniana; el détournement conoce la poética ontologizante. El estilo es asertórico, incluso cuando las afirmaciones hechas son altamente valorativas. Cientos de sentencias comienzan «La Jovencita es…». Esta afilada repetición es mejorada sólo un poco por el uso de varios estilos de fuentes y la inserción de citas no sólo de revistas para mujeres, sino también de Baudrillard, de la novela Ferdydurke, de 1937 de Witold Gombrowicz, manuales de instrucción espiritual y textos sobre desórdenes alimenticios. Imaginar que Tiqqun está hablando de jovencitas «reales» sería, por supuesto, una extravagancia óntica ya que la Jovencita es «obviamente no un concepto de género» y, además, el libro es poco más que «teoría basura». Tiqqun explica que cada sujeto consumista de la posguerra, cada «ciudadano modelo», cada portador del poder es la Jovencita: «Todas las viejas figuras de la autoridad patriarcal, desde estadistas, jefes y policías, se han jovencitizado, hasta la última de ellas, incluso el Papa». Y, sin embargo, el libro no se llama precisamente «Teoría del Papa marchito». Entonces, ¿qué hacer con la adopción de la retórica de género al servicio de una teoría de la «guerra total» librada en los cuerpos de todos? El punto político es la afirmación de que «el proceso de valorización, en la fase imperial, ya no es simplemente capitalista: COINCIDE CON LO SOCIAL». El amor ha sido transformado desde la «seducción fordista, con sus sitios y momentos designados, su estática y proto-burguesa forma de pareja, hasta la seducción posfordista, difusa, flexible, precaria y desritualizada que ha extendido la fábrica de la pareja a todo el cuerpo y al conjunto del tiempo-espacio social». Sin embargo, la ecuación de Tiqqun con «juventud» y «feminidad» es extrañamente anticuada, se remonta a los estereotipos de las mujeres como portadoras de una sociabilidad en forma de chisme: «Habladuría, curiosidad, equivocación, rumores, la Jovencita encarna la plenitud de la existencia inauténtica cuyas categorías identificó Heiddeger». La Jovencita es una charla ociosa fundamentada, una existencia inauténtica hecha Reina: «Precisamente por su nada, cada uno de sus juicios lleva el peso imperativo de todo el orden soberano, y ella lo sabe«.

Entonces, para permanecer en el nivel de lo inauténtico, la tentación de leer ónticamente por un momento, ¿es este un libro sobre mujeres, o sobre «mujeres» (o, más bien, sobre «jovencitas»)? La traductora señala: «la generización del francés no es la única forma de explicar el hecho de que este libro, a medida que se acumula, se convierte – en algunas secciones más que en otras – en un libro sobre mujeres». De hecho, es imposible no cosificar la crítica a medida que el libro avanza, mapear las afirmaciones en imágenes reales, aunque vagas, de particulares tipos de cuerpos («La Jovencita se ve a si misma como la poseedora de un poder sagrado: el poder de las mercancías; LA JOVENCITA SE PARECE A SU FOTO; Sin duda no hay un lugar donde uno se sienta tan terriblemente solo como en los brazos de la Jovencita»). Mientras Tiqqun se centra en las revistas para mujeres, tanto como lo hizo Mary Wollstonecraft doscientos años antes, es fácil expandir su análisis para abarcar los desarrollos de las redes sociales que han tomado lugar desde la publicación original del libro: el control facial y el imperativo de auto-valorización de Facebook, los interminables reposteos meméticos de tumblr, los blogs de moda, etcétera. Pero, ¿qué significa realmente esta dominación del Espectáculo? La Jovencita es «moneda viva», afirma Tiqqun, recogiendo la frase de Pierre Klossowski. Su culo es una máquina de guerra: «Las nalgas de la Jovencita no poseen ningún valor nuevo, sólo la depreciación sin precedentes de todos los valores que lo precedieron». Pero, ¿la espectacular dominación de Pippa Middleton, por ejemplo, realmente nos dice algo sobre la economía? «En tiempos de la Jovencita, la mujer se vuelve la metáfora de la moneda», afirma Tiqqun, y mil vallas publicitarias seguramente estarían de acuerdo: sin embargo, esta historia de portada enmascara verdades bastante más descuidadas; las mujeres quizá sean la metáfora de la moneda, pero empíricamente no tienen mucho de eso en este momento. Tiqqun está a punto de echarle la culpa a la Jovencita misma, incluso cuando la lectora lucha en su mente por reemplazar una imagen de una adolescente socialmente integrado con la de, digamos, Berlusconi (lo citan aquí: «me han herido en lo más preciado: mi imagen»), el Papa o cualquier cantidad de figuras de autoridad masculinas. Pero la Jovencita es sobre todo alienación en el sentido de ser profundamente infeliz y que el libro finalice con una discusión sobre que la anorexia no es casualidad: «Ella es un cuerpo sin alma soñando que es un alma sin cuerpo». La anorexia es «el deseo de liberarse a sí mismo de un cuerpo totalmente colonizado por el simbolismo de la mercancía». La Jovencita puede estar «en contra del comunismo», como dice una sección, pero es muy consciente del mundo en el que se encuentra. ¿Qué significaría, en última instancia, dejar que la Jovencita hable por sí misma y no a través de las categorías que le impone una cultura que la anuncia como la cúspide metafísica de la civilización al mismo tiempo que la denigra, o incluso de las categorías que Tiqqun moviliza para desarmarla de una manera sutilmente diferente? Detrás del culo de cada Jovencita se esconden un montón de hombres blancos ricos: la tarea no es seguramente entonces, destruir a la Jovencita, sino destruir el sistema que la crea y que la hace infeliz, quienquiera que «ella» sea.

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English Feminismo Poesía Traducción

That bright darkness – Gloria Anzaldúa

 

That bright darkness

 

You have closed the door again

to run away from the darkness

but in your armoire waits the night.

 

Your buried self was imposed

it chose me to force a fissure

to hear the unvoiced plea

to see the beast behind the bars

of your eyelashes.

 

I am the only one with round face,

and indian traits, brown-skinned

in the faculty, the workshop, the class

the only one who dares to face you.

I am the flesh in which you pin your nails

mine is the hand you cut still attached to it

mine the stained face because of your puke.

I am gambling your corduroy

and mine.

 

I want to give you the back

wash my hands

but they remember every mark

every nail embedded in the wall

my feet recognize every stone you step

when you stumble I am in danger too

and remember

those who yelled

push Gloria breathe Gloria

I feel their hands lifting me up, encouraging me

until I face the bloody and throbbing darkness

that now tries to scream

from the space between your legs

I feel again the claws scratching my gut.

I remember hating it/me/them for pressuring me

as I pressure you now

I remember the dam breaking

flooding the walls

I remember opening the eyes a day

feeling that something was missing.

 

The pain was not there, it is gone the fear

that have stalked me the whole life.

And then I saw the divine presence

it was black and had my name

it talked to me and I talked to it.

 

Here we are, four women covered in guilt

you for not pronouncing the names

me for not lending a hand before.

I don’t know how long I could continue invoking

that dark animal

getting it out from you, from me

calling it god or goddess

while everyone says no no no.

 

I know I am the Beast that fences your home

glimpses your window

and that you feel my prey.

But I know that the Beast is you

you its prey

you who gives it the light

you that bright darkness

And I know everything its reduced to this:

life or death, life or death.

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Feminismo Traducción

¿Por qué las rebeliones homosexuales de 1960 tuvieron que estallar “desde abajo”? – Leslie Feinberg

Leslie Feinberg (1949-2014) nació en Estados Unidos en el seno de una familia judía de clase trabajadora y si bien no terminó la escuela media superior teniendo que emplearse desde muy joven, no le bastó más que su propia experiencia como lesbiana, transgénero y obrerx para dedicarse tanto a la escritura como a la militancia. Se unió a los veintitantos años al Workers World Party y llegó a ser editor/a y columnista de su órgano de difusión Workers World. Este texto forma parte de una serie de varios capítulos escritos para éste sobre la historia del Movimiento LGBT en diferentes partes del mundo, enmarcada en la lucha de clases. Leslie quería que no sólo se le recordase como un/a guerrerx transgénero, sino también como comunista.


Las rebeliones de la década de 1960 que estallaron en respuesta a las redadas policiales en bares gays y trans, culminando en 1969 con la Rebelión de Stonewall en Greenwich Village, Manhattan, no fueron guiadas o apoyadadas por las organizaciones nacionales de homosexuales y lesbianas. La política de estas organizaciones, principalmente blancas y de clase media – Mattachine  y Daughter of Bilitis – les había impedido que se unieran con lxs más oprimidxs.

Lxs líderes de ambas, Mattachine y DOB, en su apelación al establecido de derechos, habían acentuado la necesidad de adherirse a las maneras de vestir y de comportamiento de género.  El código de vestimenta impuesto por ambas organizaciones excluyó la variante de género de lesbianas y hombres gays, atrayendo a sus filas en cambio a esxs que podían “encajar”.

Aquellxs cuya expresión de género no podía ajustarse fueron atraídxs por la fuerza social de la comunidad fundada en los bares de gays y lesbianas. Como resultado, los bares fueron a menudo difíciles de categorizar como gays o lésbicos a diferencia de bares drags (transgénero, en el lenguaje de hoy), ya que aquellxs que eran de género variante, así como amantes del mismo sexo, forjaron alianzas sociales allí. En una era de total segregación racial, los bares con frecuencia también eran multirraciales – negros, latinxs, nativxs y blancxs – en algunas ciudades.

Los dirigentes de Mattachine y DOB culpaban a la vestimenta y al comportamiento tanto como a la visibilidad social del travestismo de lesbianas butch y drag queens en los bares de la clase obrera, por atraer las violentas redadas policiales.

La misma perspectiva política que guardaban Mattachine y DOB de defender al más oprimidx terminaron por dividirlxs también entre ellxs. Algunos de los hombres de Mattachine culpaban a las lesbianas de ser “separatistas” por formar su propia organización. Este argumento ignoraba la carga que las lesbianas enfrentaban como mujeres. Esto también permitió a los hombres desengancharse de su propia lucha contra el sexismo.

Por otro lado, en vez de unirse a los hombres para confrontar la brutalidad policial, algunxs de lxs dirigentes de DOB culparon a los hombres gays the Mattachine por ser arrestados mientras tenían sexo afuera de sus casas.

Ken Burns, quien se impulsó a ser presidente de Mattachine sobre una ola de anticomunismo, argumentó que “debemos culparnxs a nosotrxs mismxs por nuestra propia situación. ¿Cuándo vamos a darnos cuenta los homosexuales que para que la reforma social sea efectiva, debe ser precedida por una reforma personal?”.

Las editoriales en Ladder –la publicación ampliamente circulada de DOB – denunciaba a las lesbianas que vestían pantalones y cabello corto, aconsejándoles a hacer “un poco de ‘patrullaje’ por su propia cuenta”.

 

Lucha de clases

Barbara Gittings, la trabajadora lesbiana de biblioteca quien fundó la primer sección de DOB en la Costa Este de Manhattan en 1958 y quien editó Ladder por tres años, habló con el historiador Jonathan Katz en una entrevista en 1974 acerca de la dirección de DOB para “encajar”.

Gittings representó una corriente de izquierda en DOB y más tarde encabezó la Fuerza Especial de la Gay Liberation of the American Library Association.

Gittings recordó: “La apariencía y el comportamiento fueron muy importantes. Necesitábamos la aceptación de la sociedad, eso pensábamos, así que nos preparamos para conseguirla. Hubo un incidente en una de las primeras convenciones nacionales de Daughters of Bilitis (en Los Ángeles, creo), donde una mujer que había estado viviendo casi como travesti la mayor parte de su vida fue persuadida, para la finalidad asistir a dicha convención, a vestir un atuendo femenino, a arreglarse ella misma tan ‘afeminada’ como pudiera, dado que las prendas femeninas eran totalmente ajenas a ella.

“Todo mundo se alegró sobre esto como si alguna gran victoria hubiera sido cumplida, la ‘feminización’ de esta mujer. Hoy estaríamos horrorizados ante cualquiera que pensara que este tipo de evangelismo tiene un propósito legítimo. Sin embargo, en el momento, me uní al regocijo. Al mismo tiempo había ahí alguna especie de reserva en mí mente; sentí que había algo grotesco respecto a estas mujeres tratando de lucir ‘normal’ con el propósito de aparecer en esta convención.”

Tanto Mattachine como DOB argumentaban que el código de vestimenta creaba un espacio seguro para homosexuales y lesbianas, ya que el travestismo era contra la ley. Por supuesto, también lo fue el amor del mismo sexo. Tratando de distanciarse así mismos de la desviación de género no protegían a la organización del Estado. Lillian Faderman escribió en su libro “Odd Girls and Twilight Lovers” que informantes de la policía se habían infiltrado en DOB durante la Guerra Fría y estaban canalizando los nombres de los miembros del grupo al FBI y la CIA.

En realidad, la exigencia a adherirse a la conformidad de género fue sólo una expresión de la lucha de clases dentro de lo que se convertiría el movimiento moderno de lesbianas, gays, bisexuals y transexuales (LGBT). El código de vestimenta reveló en sí mismo la distancia entre las necesidades y las demandas, de la clase trabajadora y de los sectores más oprimidos de la población LGBT, y aquellxs de clase media. El historiador John D’Emilia escribió: “DOB tomó especial cuidado en disociar a la mayoría de las lesbianas de lxs clientes de los bares. Las mujeres homosexuales ‘no son unas parranderas’, delcaró un oficial, ‘sino personas con empleos estables, la mayoría de ellas en buenas posiciones’”.

Además, este llamado a “encajar” dejó al descubierto que lxs dirigentes de DOB y Mattachine buscaron a los gobernantes de la sociedad para que los guiaran hacia sus bien merecidos derechos, no a lxs gobernadxs.

No obstante, cartas dirigidas al editor de Ladder revelaron que no todo mundo estaba de acuerdo con la propuesta política de culpar a aquellxs que quedaran fuera del código de vestimenta de la organización.

Por ejemplo, la dramaturga afro-americana Lorraine Hansberry – autora de Raisin in the Sun – escribió varias cartas a Ladder. Llamaba a poner fin a las “conferencias… sobre cómo parecer aceptable al grupo social dominate. (…) Unx es oprimidx o discriminadx porque es diferente, no ‘incorrectx’ o ‘malx’”.

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Entrevista Feminismo Traducción

Patrick Califia – Entrevista

Patrick Califia (1954) es un escritor trans estadounidense que aborda la sexualidad y lo erótico desde el lesbianismo y el BDSM. Psicólogo de formación, ha publicado en una variada cantidad de estilos que van desde el ensayo académico, la novela, el relato corto y la poesía. Fundó junto a Gayle Rubin a finales de los setenta el colectivo lesbo-feminista y sadomasoquista Samois. En la década de los noventa transicionó a hombre y se le diagnosticó fibromialgia. Ha ejercido como terapeuta sexual y familiar. Dado que su obra no ha sido traducida al español, este es un pequeño intento de traerle al mundo hispanohablante. La presente entrevista data de noviembre de 2009 y fue hecha por Luna Allison para Xtra.


Antes que nada, estaba realmente emocionada de escuchar sobre la reedición de Macho Sluts por su 20 aniversario como parte de la serie Little Sister’s Classics. ¿Cómo fue sacar ese libro de nuevo al mundo después de todos estos años?

(Risas) Muchas cosas ha cambiado desde entonces, cuando escribí ese libro estaba en mis veintitantos años, y ahora tengo 55. Y, sabes, sabía en el momento en que fue publicado que sería controversial, pero no anticipé el vehemente y desagradable alcance de las guerras sexuales feministas. Creo que otra diferencia es que, en el momento en que fue publicado, no había mucho de una comunidad lesbiana sadomasoquista — estaba empezando — y ahora tenemos una enorme y diversa comunidad BDSM. Es algo agradable ver que las cosas que quería que sucedieran como resultado de escribir el libro realmente han sucedido.

Al mismo tiempo yo hice una transición de género y vivo ahora como Patrick. Así que es un poco extraño ir atrás y reconciliar mi historia lesbiana con la vida que tengo ahora. Realmente me preguntaba si la gente podría pensar que el libro se había vuelto irrelevante por los cambios personales que atravesé.

¿Has tenido esa reacción de alguien?

Bueno…¡no todavía!

(Risas)

Sentí que era realmente necesario para mí escribir una introducción y hablar sobre algunas de estas cuestiones y, ojalá, darle a las personas una perspectiva sobre ello.

Macho Slut es todo acerca de dónde el placer y el dolor se encuentran en el sadomasoquismo.

Sí.

Pero cuando vengas a Ottawa esta vez, estarás tomando otro enfoque al dolor sexual y al pacer en tu taller «Poniéndote caliente cuando te lastimas». ¿Podrías decirme qué te inspiró a hacer este taller?

Bueno, he vivido con fibromialgia por, dios, unos veinte años ahora. Cuando al principio escribí Sapphistry: The Book of Lesbian Sexuality, era muy importante para mí incluir una sección sobre sexo y discapacidad. Supongo que realmente esperaba eso, después de que el libro fue publicado, podría ser uno dentro de una plétora entera de libros sobre sexualidad y discapacidad e imagen corporal.

Tristemente esto no se ha materializado. Y sin embargo, el hecho es que casi en todos los puntos de la vida de casi todas personas las, vamos a pasar algún tipo de periodo de enfermedad o discapacidad. Así que parece información importante tener para todxs nosotrxs. La idea de que puedas dividir el mundo entre cuerpos sanos y gente discapacitada, entre dos discretas y separadas poblaciones, son sólo ilusiones.

Sí, es bastante ridículo.

Claro, es una defensa contra el hecho de que nuestros cuerpos son frágiles y mortales.

Y vulnerables.

¡Sí, y muy vulnerables! ¿No nos gustaría a todos pretender que somos inmortales e impermeables a la enfermedad o al peligro o a cualquier tipo de daño? Creo que la mayoría de la gente vive como si fueran inmortales y no son demasiado conscientes sobre las limitaciones de sus cuerpos. No son muy atentos al cuidado propio del que nuestros cuerpos podrían beneficiarse.

Y creo que, en el industrializado occidente, seguimos teniendo esta división entre espíritu y cuerpo, y el espíritu es supuestamente mucho más importante que el cuerpo. El espíritu va hacia una recompensa eterna mientras que el cuerpo es vulnerable a las tentaciones del pecado y el mal. No hemos aún remediado esa dicotomía y, en el capitalismo, tienes la complicación adicional de que sólo la juventud y la belleza son fuertes y valoradas.

Así que las personas que no son cuerpos sanos realmente no son valoradas – son empujadas a un lado. Creo que las personas tienen miedo a pensar mucho sobre esto. Es un poco doloroso ser conscientes de cuántos privilegios puedes perder de pronto por tener tu cuerpo limitado.

¿Ves este taller más como transmitir información al público general o para llegar a las personas que luchan con el dolor y las limitaciones corporales en sus vidas sexuales?

Estoy enmarcándolo más para personas discapacitadas que para sus cuidadores o aliadxs, pero pienso que será relevante para cualquiera que se preocupe sobre este asunto. Hay un montón de escritos sobre personas discapacitadas que son más bien objetivas y condescendientes, así que es realmente importante para nosotrxs hablar sobre nuestras propias experiencias. Y la discapacidad abarca muchas experiencias diferentes.

Realmente espero que haya gente en situaciones diferentes así que tal vez podamos tener un diálogo sobre cómo esto afecta todo el asunto de sentirse atractivx, como estar en contacto con el erotismo, como expresarlo, como encontrar parejas, todo eso.

Llevas viviendo con dolor crónico por un tiempo bastante largo. ¿El BDSM te ha enseñado tu habilidad para estar con el tu dolor en términos de sexualidad?

Es raro. Esa es una pregunta que me preguntan mucho. Y tengo que decir que no, realmente no. Hay una gran diferencia entre dolor deseado y no deseado. En el sadomasoquismo es algo que tú has anticipado y planeado y has trabajado muy duro para que suceda y estás de verdad emocionadx sobre ello y feliz. Tal vez estés nerviosx, pero es un poco de nervios, una anticipación alegre.

La manera en que las personas se sienten por el dolor crónico es totalmente diferente. Es más como, ¿cómo lidiar con este huésped indeseado sin llegar a tener una relación hostil con tu propio cuerpo o una actitud de autoculpa?

Quisiera cambiar de tema aquí por un minuto. Parece que siempre estás trabajando en un proyecto emocionante u otro…

(risas) Sí.

…pero he oído rumores de que estás trabajando en un libro sobre sexualidad FTM*. ¿Puedes hablar sobre eso?

Lentamente, sí. Muy lentamente estoy trabajando eso. Estoy asumiendo que tendrá que ser autopublicado. No he podido encontrar a un/x editor/x que esté interesadx en ello – de nuevo, porque se piensa que es un tema que sólo le interesa a unas pocas personas, así que no es visto con potencial comercial.

Ahora mismo, todo el campo editorial está en muchas dificultades financieras, pienso que lxs editorxs están en realidad cubriendo sus apuestas y tratando de ir con los proyectos que parecen tener el mayor atractivo difundido. Así que los libros queer y feministas están siendo realmente ignorados. Se está haciendo más difícil ser escritor ahora de lo que era cuando empecé a hacer esto.

Pero de cualquier manera, este proyecto es complicado por un montón de razones diferentes. Una es que hay muchos tipos distintos de cuerpos FTM; hay muchos caminos a la transición y no todxs escogen hacerlo médicamente. También hay un montón de distintas orientaciones sexuales – asexualidad, heterosexualidad, bisexualidad, homosexualidad. Y así, estoy tratando de dirigirme a muchas diferentes necesidades, todo en un libro. Me siento cómodo con eso, pero me preocupa que a veces haya separaciones entre las comunidades FTM, por ejemplo, entre hombres transgénero homosexuales y heterosuales. Hay hombres transgénero homosexuales que pueden ser bastante homofóbicos.

Sólo estoy esperando que el libro no vaya a tener la misma reacción hostil que tuvo Sapphistry, pero tengo la sensación de que es probable que provoque tanto mucha consternación y enojo y controversia. Es realmente duro hablar sobre sexualidad y ofrecer información sin personas que lo reciban como si estuvieses abogando por cada variación controvertida.

Totalmente. Pero mientras tanto, antes de que este libro encuentre su camino afuera del mundo, has estado haciendo talleres sobre este tema para hombres trans y sus parejas y aliadxs. Ya que vas a realizar ese taller durante tu visita a Ottawa, ¿me pregunto si podrías decirle a las personas qué podrían esperar si asisten?

Cubrimos algo del mismo material que quiero cubrir en el libro. Quiero reconocer el rango de cuerpos e identidades FTM y hablar sobre las diferencias entre orientación sexual y género, y me gustaría poder hablar sobre como nuestro sentido de nosotros mismos como hombres u hombres de experiencia transgénero, puede afectar nuestra capacidad de aceptar o dar placer sexual. Estaré hablando probablemente sobre algunas técnicas específicas, pero pienso que probablemente hablaré más sobre el lado emocional y psicológico de las cosas.

A veces la cosa más dura sobre el sexo para hombres trans es sólo creer que somos atractivos, que otra gente valida nuestras identidades y que está bien para nosotros ser actores físicos en el reino sexual – que no tenemos que contenernos en orden de preservar una ilusión de masculinización.

Los hombres trans están tratando de hacer algo muy difícil. Estamos tratando de ser hombres en el reino erótico, y todavía, estamos haciéndolo con cuerpos que no son convencionalmente masculinos. Todo el proyecto es crear un nuevo tipo de masculinización y un nuevo tipo de masculinidad.

¿Puedes decir más sobre esto?

Sí, ¡en el taller! (risas)

¡Bastante justo! Tenemos sólo una poca prueba. ¿Entonces qué más estás trabajando en estos días?

Bueno, estoy trabajando en un artículo para la Academia Americana de la Religión que probablemente entregaré antes de ir a Ottawa. Es sobre el debate del matrimonio homosexual y sobre el camino que los argumentos sobre monogamia y sadomasoquismo han sido usados por la nueva derecha para tratar de controlar la discusión por completo. Y también sobre las divisiones dentro de la comunidad gay sobre esto. ¿En qué más estoy trabajando? ¡Oh dios mío, muchas cosas!

Tengo otro libro de vampiros en el que estoy trabajando. Es una especie de precuela a Immortal Companion. Toma lugar antes de que ese libro sucediera con un conjunto de personajes diferentes por completo. Y una nueva colección de ensayos que probablemente saldrán en algún punto.

Genial. ¿Ensayos sobre qué?

¿No sé si viste el libro Sex Changes: The Politics of Transgenderism? Lo que había querido hacer por un largo tiempo es un libro muy similar pero sobre BDSM, hablando sobre cómo el BDSM terminó siendo patologizado, hacer algo de deconstrucción de ello y una suma de los problemas políticos que la comunidad sadomasoquista moderna enfrenta y hablar sobre alguna estrategia.

¿Estrategia para el diálogo?

Para el dialogo y la educación pero también para el activismo, para el cambio social.

Eso suena emocionante.

¡Sí, y también es muy largo!


*Female to male: mujer a hombre.